sábado, 3 de septiembre de 2022

eunoia

Orbitaba entre los panecillos de leche y los gofres del súper y, embebida por la música de mis auriculares, me deshice en esa maravillosa eunoia dónde yo todavía estaba en la casilla de salida, a puntito de sacar un cinco. Yo sabía lo que sé ahora y podía tomar mejores decisiones, en vez de saltar sin paracaídas confiando en que justo antes de garabatear el suelo con mis tripas me sujetarías de la mano haciéndome volar como Wendy lo hacía al ladito de Peter Pan, sabiéndose espolvore-hada.



Me tropiezo con mi propia realidad cuando termina la canción y solo estoy de pie, haciendo cola antes de colocar mis cosas en la cinta, con el cuerpo amoratado del golpe y sosteniendo mi corazón para que no se me desprenda del pecho que abrí en canal solo para ti. 
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