Llegué un poco tarde a la única sesión de mi película favorita.
Sé que la podré disfrutar en pantalla extragrande y sonido Dolby atmos mientras mastico palomitas de mantequilla calientes, riendo tanto en algunas partes que tema atragantarme con la limonada, y emocionándome tan profundamente en otras que me arrugaré con mis propias lágrimas. Pero después me quedaré recostada en la butaca de la pequeña sala (vacía desde mi llegada) y cuando haya terminado la escena postcréditos y las luces se enciendan invitándome a salir... sentiré que no la he visto en realidad.
jueves, 2 de diciembre de 2021
invierno