domingo, 8 de agosto de 2021

las palabras mágicas

 Soy una bruja, pero eso ya lo sabes. Me tropiezo con palabras afrodisiacas constantemente. Me las trago de bruces, se hacen nidos y, en mi mente, cruces. 

Es inútil escaparme de ellas, son anárquicas y ni las cartas predicen dónde las voy a encontrar.
Puede ser en mitad de una conversación ajena y fugaz,
oídas casualmente en la televisión, una frase de algún libro o incluso en la publicidad.
Las identifico por cómo al escucharlas se me cubre de cosquillas la columna vertebral. 

Son un banquete enardecedor tras un largo ayuno carnal,
una carta de amor prohibido adolescente con tintes de algo sobrenatural,
una orgía salvaje de sonidos, metáforas, rudeza y literalidad;
los más apasionados votos matrimoniales entre dos canciones...
Son, en definitiva, absoluta poesía atemporal.

Las colecciono, lento, sobre el papel nocturno.
Solo lo hago para elaborar el hechizo chiribita, no es para recordar.
Desde que me atraviesan los labios ya me pertenecen,
todo lo que me entra por la boca se cose para siempre en mi lengua caníbal de arte
y no las puedo olvidar. 

Porque este es mi idioma nativo destartalado y mi lenguaje personal,
este mismo que utilizo escribiendo disfrazado de lirismo, pero que es mi realidad.
No somos cómo hablamos con los zonzos, eso es solo para pasar desapercibidas y encajar en la norma social.
Somos como hablamos con nosotras mismas, en soledad.

Abracadabra, dime algo que me inspire y contempla la magia.
Existen personas con tantas palabras poderosas pero que les gusta tan poco hablar
que no pueden conformarse con utilizarlas solo en su mente y las tienen que liberar.
Por eso necesitamos escribir. 

Todos los textos e imágenes pertenecen a Nana limonada salvo que se indique lo contrario. Con la tecnología de Blogger.