jueves, 17 de diciembre de 2020

complicidad

Lo que ocurre con la complicidad no tiene nada que ver con la confianza, la comodidad o con la costumbre. Es más que sentir atracción o una buena conexión. Al contrario de lo que ocurre con el simple placer, la intimidad siempre procede porque está presente de forma continua aunque no sea necesariamente en forma de sexo. No se buscan momentos, no se planean situaciones, nunca puede ser vista como algo fuera de lugar.

La complicidad es morirse de la risa y darnos cuenta de lo felices que somos y emocionarnos a la vez justo después de soltar la última carcajada. Es acariciarnos la espalda y el culo sin salir de la cama en todo el día porque así nos nace. Es poder mirarnos en silencio sin tener que explicar nada durante horas. Es estar hablando de la lista de la compra y un minuto después notar tu boca bajar por el cuello. Complicidad es ese superpoder de darle al otro aquello que necesita para ser feliz y sentirse pleno sin tener que esforzarse ni si quiera en ello. 

Notar cómo me emociono por alguna tontería y que preguntes con una sonrisa "¿Qué te pasa mi amor?" sabiendo perfectamente la respuesta. Es necesitar y esperar lo mismo de la vida. Es salir de un sitio público y que los dos sepamos lo que sintió o pensó el otro en cada momento. Que nuestras palabras, risas y cuerpos se amolden a la perfección como si fuesen mellizos. Sin desequilibrios. Casi casi como si llevasen toda la vida esperándose. 

Todos los textos e imágenes pertenecen a Nana limonada salvo que se indique lo contrario. Con la tecnología de Blogger.